miércoles, marzo 02, 2005

Nada me cuesta, lo sé.


Llevo varios días así, con este nudo en la garganta. No se muy bien la infeliz causa, es que son muchas cosas las que me están pasando, buenas y “malas” (de esas “malas” que luego serán buenas). Pero aun que tengo puesta mi fe ciega en EL, soy humano, soy huesos y carne en proceso de descomposición y para colmo aun tengo esta bomba que regula la circulación de mi sangre por mi sistema aun que últimamente se la ha llevado llorando por el dolor. Lo peor de todo es que es un dolor ajeno, que se ha hecho muy mío, no se si lo adopte yo o si el me hizo su madre, solo se que ahora es muy mío.


Tengo varias noches soñando raro, anoche no fue la excepción. Primero llega Sunny con su new car, no se de donde venía ni a donde rayos me llevó. Solo supe bien que era un carrito morado muy pequeño, demasiado pequeño para que en pudiera transportar a 6 batos, 7 conmigo, pero en fin!!! En los sueños nunca se toma en cuenta las proporciones ni las cantidades ni mucho menos los espacios, si mi imaginación le ordena a mi cerebro que me entretenga viendo en un sueño a 7 lokos entrando a un sedan 2 puertas, mi cerebro lo hará y así lo hizo, anoche mientras yo dormía. Continuo con mi relato, entramos toda esa gente al carrito, escuchamos música mientras nos movíamos (vago, todo el tiempo, vago de todo lo que he hecho, vago, todo el tiempo, muero, si no estas aquí adentro...). Llegamos frente un edificio, no recuerdo como era. El Sunny me dijo: “Go there, and wait for me, I going to clau´s place, I´ll be right back, wait for me please” (porqué hablaba en ingles? No se, así es mi imaginación). Me dió un beso en mi cachetito derecho y se fué. Entre al edificio y adentro era un desierto, con su polvo sus remolinos enanos sus cosas redondas de ramas secas (nunca he enterado de cómo se llaman esas cosas)... yo ahí sola. De repente veo que en mi mano un palo de golf, una anciana sentada en su mecedora afuera de su casa tan vieja como ella, me grita que le diera a la pelota. La pelota frente a mi, sostengo el palo y le doy, pero esta no se mueve, la vieja me grita y me maltrata. El por que de su histeria es que supuestamente yo tendría en mis manos el poder de devolverle su casa a la anciana si yo ganaba el juego de golf. Por mas que lo intentaba no podía hacer que la pelota se moviera y cuando por fin lo pude hacer la pelota reboto por todo los lugares a mi alrededor (ventanas, postes, cajas, ramas secas, etc.) y regreso a el mismo maldito lugar de donde la había movido. Todo mi esfuerzo valió nada. NADA! Quizás es así como concientemente inconciente me siento... la pelota regreso a su lugar, le dí otro golpe fuerte y la pelota se movió de nuevo, esta vez de manera “normal”, pero se fue directamente a un precipicio y me entro ese sentimiento de impotencia que me da las pocas veces que pierdo en alguna competencia. Sentía el agresivo malestar de la derrota mas el coraje que me daba que la anciana me gritara enardecida mientras yo le hacia un favor, mi aprovechamiento en el mentado juego fuera bueno o malo era gratis para ella, como se dice: “a caballo dado no se le ve colmillo”. Así se a de sentir mi JEFE, todos gritoniándole cuando ocupamos algo, pero estando “buenos y sanos” ni nos acordamos de EL... mas bien ni te acuerdas de EL, por que yo lo llevo mezclado en cada uno de mis pensamientos, así quiero seguir. Regreso de nuevo al sueño; mientras la viejita loca se acercaba a mi apuntándome amenazadoramente con su bastón me gritaba intransigentemente que yo no servía para nada, y hablando de la nada, de la misma sale el Sol y me empieza a decir (ahora si en español): “Tu puedes Lunecita, tu puedes, nada mas concéntrate, concéntrate muy bien”. Estaba ahí cuando lo necesite. Me armó de valor su presencia, sus palabras y su voz, así como cuando en realidad esta junto a mí. Golpeo de nuevo la pelota... ahí despierto, o por lo menos eso es lo último que se quedo aferrado en mi memoria.



Me siento vividamente mal. El resfriado quiere regresar, estoy como lo remarque haya arriba, muy triste. La tristeza ajena puede ser mas catastrófica que la nuestra. Mi dolor se debe a que el Sol no a salido, a que no comprendo lo que sucede, del silencio EL me grita que me espere, eso hago, eso es lo que de verdad hago, si no yo en mi naturaleza de desesperación ya hubiera lanzado todo al fuego y me hubiera largado con la primera estrella que se cruzara en mi camino... yo se que todo esto es de EL, me gustaría que el Sol también lo sintiera, o ya lo siente, o ya lo sintió y no le gusto su sabor... no sé. Si el Sol lee por cualquier razón todo esto, aun que no lo creo por que a el no le interesa mucho mi palabrería, solo quiero dejar claro que no es reproche lo que siento, solo dolor, causado por la clara indiferencia, por las subidas y bajadas de nuestra marea, por el resfriado que ataca de nuevo mi cansado cuerpo, el dolor causado por la noche prolongada por 3 días, o si simplemente me pego duro el síndrome pre-mestrual. Solo se que en esta agonizante manera de enseñar que tiene mi PAPA el significado de la vida y del amar, yo voy a aprender algo. Por el momento solo me apego al reglamento: EL DELEITE SAGRADO DERIBA DE UN GOZO OBSTINADO. A reír que la verdad nada me cuesta, de hecho, EL ya pagó el precio por mi.

1 Comments:

Blogger be somebody baby said...

el cansancio y la enfermedad pueden causar un aumento en la conciencia, al menos a mi me pasa. pero no por eso debes dudar de lo que sientes. yo no se bien de lo que estas hablando, pero me sorprende tu fe, yo la mia la perdi hace mucho y ahora me siento solo y me pregunto que fue lo que me paso. pero tu que aun la tienes debes de cuidarla y confiar en ella, es muy facil deshacerte de ella, y muy dificil recuperarla.

10:39 p.m.  

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