miércoles, mayo 04, 2005

MARTÍN SE FUE...ESO DICE LUCILA

La mesa para dos, con una sola taza de café. La luz se cuela entre las rendijas de las ventanas cerradas. Lucila ya no quiere mirar hacia fuera, hacia la pradera. Martín se fue y no ha vuelto. Ya van tres cucharadas de azúcar en la taza de café.

Lucila no puede evitar que el viento le traiga la noticia, el camino esta vacío y Martín no regresa. La esperanza lleva meses arrumbada tras el respaldo del viejo sofá. Lucila ya no cree y acecinó a su fe. Siete cucharadas en la taza de café.

La noche va cayendo, cada estrella se va encendiendo. A Lucila le da igual, la noche esta desde que Martín no ha vuelto. Su amor propio se esconde bajo su cama fría, tiene miedo de verse en el espejo. La taza de café rebosa y ya son dieciséis cucharadas de azúcar en ella.

Su mirada triste, soledad irradia. Las ojeras ahí están y Lucila cada vez más vieja. La tristeza multiplica las arrugas, mientras el tiempo no pasa, Lucila de esto se queja. Martín desapareció en el horizonte como si se lo hubiese tragado, él no ha vuelto. La taza rodeada de café llena de azúcar. Veintiocho cucharadas y parece que esta no es la última.