lunes, julio 18, 2005

ASECINO

Llegaste un día cualquiera, una de aquellas tardes de mi eterno invierno. Mi amiga Tristeza me acompañaba. Ella me abrazaba mientras el Llanto besaba mis mejillas. La Soledad estaba en el mismo rincón, esperando a que la invocara. Ella sostenía con fuerzas las cadenas que me ataban.
Mientras todo esto pasaba, el Rencor se preparaba un trago en la cocina de mis pasiones. La Duda estaba con ella, su amante. La Nostalgia entro por mi ventana junto con los últimos rayos de sol al atardecer. Sus ultimas carisias, las que me rasgaron el alma.

Extendí mis alas para volar lejos, donde ni la soledad me alcanzara... No pude, no pude hacerlo. Es difícil emprender el vuelo con las alas despumadas y el corazón atado al suelo.

De mi recamara salió el moustro de mis temores. Como lo había hecho antes, me sometió con su colmillos de dolor. Recordándome que me habían herido. Al tiempo salió mi Autoestima acompañada de mi Amor Propio, con dos maletas cada uno. Supongo que se hartaron de mi llorar, de mis “por ques?”. Salieron y cerraron la puerta tras ellos, apagando la luz de mi vida. Dejándome desnuda en la tina de mis lagrimas.

Mi fe estaba mal herida, agonizante... moribunda.

Dos, tres, cuatro o cinco siglos pasaron y de pronto sonaron las campanas de mi corazón. Eras tú. El pequeño barco que me saco de mis tormentas, enviado por EL. Se que no se pudo contener las ganas de aliviar mi dolor. Al verme así perdida en mis locuras, náugrafa de mis tragedias tuvo misericordia de este bulto de problemas encarnados y te envió a ti, te envió para mi. Bien sabia EL que tu eres todo lo que yo necesito.

El temor salió del closet y me advirtió de lo peligroso que eras del daño que podrías causarme, pero aun así te abrí mis puertas. Lo hice solo por que pude ver en ti verdad, una extraña joya en mi sociedad. Una cara rara en mi pequeña comunidad.

Entraste guardando la Tristeza en una caja que sellaste con las sonrisas que me arrebataste de mi amarga cara. El Llanto se llenó de celos y prefirió secarse para no ser tocado por tus labios que besaban mis mejillas.

Espantaste la Duda con una sola canción y a la siguiente el Rencor ya no cupo en mi corazón. La nostalgia tan efímera como la vida misma, se fue difuminando de mis paredes. Es que tu trajiste contigo un nuevo color para mi sola.

Y así me sentaste sobre tus piernas. Tus brazos me rodearon y de la misma manera pasaron algunos días, o años, no lo sé. Tus labios en mi oído, susurrando palabras de amor, etiquetas agradables mi corazón... ¿Cómo iban a rechazar tal invitación mi Autoestima y mi Amor propio? No tardaron en regresar a mi casa y entrar hasta mi recamara.

Fuiste sacudiendo los temores de mi ser. Recogiste mis alas y pusiste pluma a pluma en su lugar para repararlas. ¡Pude volar! Solamente por que ahora mi corazón esta en tus manos.
Mi fe ya no me mira feo desde el portón. De hecho, esta creciendo, la has nutrido con tus palabras, con tu voz y con tu amor.


Tu lo eres todo. Por mi has hecho tanto, por mi te has convertido en un asesino. Llegaste a mi vida matando a la Soledad que me tenía presa.

1 Comments:

Blogger La Niña Veneno said...

Esta historia me gusto neblina...Va deacuerdo a mis desvarios diarios...Cuida al asesino, esos no se enuentran fácil.
PD: Dile que para ser terrorista le hace falta la mochila en la espalda ;)..otro punto a tu favor.

6:39 a.m.  

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